Las hermanas de Bethania desde una mirada actual dejan huellas imborrables de pertenencia, servicio, amor, responsabilidad, autonomía y prenden la llama de la alegría.
No respetan a los alumnos, no los dejan jugar ni correr, tienen laboratorios y no los usan, no tiene zonas verdes, ni una matica, los niños no pueden usar balones, no tienen clase de arte ni teatro ninguna lúdica que sirva para el desarrollo de los niños, los niños son tratados como robots y si no alcanzan los estándares son expulsados sin contemplación.